fbpx

¿Por qué procrastinamos y cómo dejar de hacerlo?

¿Alguna vez te has encontrado mirando tu lista de tareas y, en lugar de hacerlas, terminas perdiendo horas navegando por redes sociales o mirando videos sin sentido? No te preocupes, no eres el único. La procrastinación es algo con lo que todos luchamos en algún momento, pero lo más importante es entender por qué lo hacemos y cómo podemos superarlo. Vamos a ver algunas razones comunes y, lo más importante, cómo dejar de procrastinar de una vez por todas.

¿Por qué procrastinamos?

  • Miedo al fracaso o perfeccionismo: A veces, la razón por la que no empezamos una tarea es porque nos da miedo no hacerla bien. Ese miedo al fracaso puede ser tan fuerte que preferimos no hacer nada a arriesgarnos a no cumplir con nuestras propias expectativas. A veces, también nos dejamos atrapar por el perfeccionismo, esperando el momento perfecto para empezar… lo que nunca llega.

  • Falta de motivación: Hay tareas que simplemente no nos emocionan. Si no vemos el propósito o la importancia de lo que estamos haciendo, es mucho más fácil dejarlo para después. Esto puede hacer que nos sintamos estancados, como si no tuviéramos la energía para empezar.

  • Estrés y agotamiento: Vivir estresado o agotado puede hacer que la procrastinación se convierta en una forma de escapar. Si estamos demasiado cansados mentalmente, enfrentarnos a una tarea más puede sentirse como una carga innecesaria.

  • Distracciones fáciles: En el mundo de las notificaciones, redes sociales y demás distracciones, ¿quién no cae en la tentación? A veces, lo fácil y rápido se siente como una salida, mientras que enfrentarnos a una tarea importante parece algo abrumador.

  • Falta de organización: El caos en nuestra cabeza o en nuestro espacio de trabajo puede hacer que procrastinemos. Cuando tenemos demasiadas cosas en mente y no sabemos por dónde empezar, la procrastinación aparece como una respuesta natural a la sensación de estar abrumados.

¿Cómo dejar de procrastinar?

  1. Divide las tareas grandes en pequeñas: Cuando una tarea parece enorme, se convierte en algo aterrador. Una forma de combatirlo es dividirla en pasos más pequeños y manejables. Si la tarea parece más sencilla, es más fácil empezar, y te sorprenderás de cómo se empieza a acumular el progreso.
  2. Prueba la técnica Pomodoro: Si la procrastinación es un problema constante, la técnica Pomodoro puede ser un salvavidas. Se trata de trabajar en bloques de 25 minutos con descansos de 5 minutos. Después de completar cuatro bloques, tomas un descanso más largo. Este enfoque te ayuda a mantenerte enfocado y evitar que el tiempo se te escape sin hacer nada.
  3. Haz primero lo más difícil: Esta es la famosa regla «Eat That Frog» (Come esa rana), que nos dice que si tienes algo complicado por hacer, lo hagas primero. ¿Por qué? Porque, una vez que terminas lo más difícil, el resto de las tareas parecen mucho más sencillas de manejar.
  4. Organiza tu día: La organización es clave. Si no sabes por dónde empezar, puede ser útil crear una lista de tareas o un horario. Eso sí, no te sobrecargues, ya que más de lo mismo puede generar más procrastinación. Hazlo de forma realista.
  5. Elimina las distracciones: Sé honesto contigo mismo, ¿cuántas veces te ha interrumpido el teléfono o la televisión mientras intentabas trabajar? Si eres consciente de que te distraes fácilmente, pon límites. Apaga las notificaciones, cierra las pestañas innecesarias, y crea un ambiente libre de distracciones.
  6. Hazlo aunque no tengas ganas: A veces lo único que necesitas es empezar. No tienes que esperar a sentirte motivado para empezar a trabajar, porque, en realidad, la motivación llega cuando te pones en marcha. Haz algo pequeño al principio, y verás cómo eso te empuja a seguir.
  7. Premia tus logros: Recuerda celebrar tus victorias, incluso las pequeñas. Si logras hacer algo, date un pequeño premio o descanso. Es una forma de motivarte a seguir adelante y de reconocer tu esfuerzo, lo cual es clave para no caer en la procrastinación nuevamente.

Procrastinar es completamente normal, pero no tiene por qué ser un hábito constante que te limite. Si te das cuenta de las razones detrás de tu procrastinación y empiezas a poner en práctica algunas de estas estrategias, estarás en el camino correcto para mejorar tu productividad. Recuerda, lo importante no es ser perfecto, sino dar pequeños pasos cada día.

Agenda tu consulta