Las redes también tienen su lado positivo
Antes de satanizarlas, hay que reconocer que no todo es malo. Usadas con intención, las redes sociales pueden ser una herramienta increíble:
- Te acercan a tus personas favoritas: ¿Tu mejor amigo se mudó a otra ciudad? ¿Tu primo vive en otro país? Las redes nos mantienen cerca, aunque estemos lejos. Una llamada por videollamada o un mensaje rápido puede alegrarte el día.
- Encuentras tu tribu: Si te sientes solo o incomprendido, puedes buscar comunidades que compartan tus intereses, experiencias o valores. Desde grupos de apoyo hasta foros de memes, siempre hay un rincón para ti.
- Inspiran y educan: Desde tutoriales de cocina hasta videos motivacionales, las redes pueden llenarte de ideas y enseñanzas que quizá no encontrarías en otro lugar.
Lo malo: cuando las redes se vuelven una carga
Aunque tienen sus beneficios, las redes también pueden afectarnos de formas que no siempre notamos. Aquí van algunas de las más comunes:
1. Compararte con vidas irreales
¿Cuántas veces has visto fotos de alguien viajando, en una relación “perfecta” o logrando “todo lo que tú no”? No te preocupes, todos hemos caído en eso. Pero hay que recordar algo importante: las redes son solo un escaparate. Nadie publica las peleas, los días malos o las cuentas por pagar. Según un estudio, pasar mucho tiempo comparándote en redes puede disparar sentimientos de inseguridad y baja autoestima.
2. Ansiedad por la aprobación
¿Cuántas veces revisas cuántos likes tiene tu foto? Esa necesidad de aprobación puede generar ansiedad, sobre todo si no recibes la validación que esperabas. Es fácil olvidar que un “like” no define tu valor como persona.
3. Saturación de noticias negativas
El famoso doomscrolling (desplazarte sin parar por malas noticias) es más común de lo que crees. Vivir expuesto a información negativa todo el tiempo no solo te estresa, también puede aumentar el sentimiento de impotencia.
4. Adicción digital
Esa sensación de “necesito revisar mi celular otra vez” no es casualidad. Las redes están diseñadas para mantenerte enganchado. Los likes, notificaciones y nuevas publicaciones activan en tu cerebro un sistema de recompensas que, con el tiempo, puede hacerte adicto.
¿Entonces, cómo puedes usar las redes sin que te usen a ti?
La clave está en encontrar un equilibrio. Aquí algunos tips para navegar este mundo digital sin perder la calma:
- Pon límites: Establece horarios para usar redes y respétalos. Por ejemplo, evita usarlas justo antes de dormir (tu mente te lo agradecerá).
- Llena tu feed de cosas positivas: Deja de seguir cuentas que te hacen sentir mal y empieza a seguir perfiles que te inspiren, te hagan reír o te enseñen algo nuevo.
- Date un respiro: No pasa nada si te desconectas de vez en cuando. Un día sin redes puede ayudarte a recargar energías y centrarte en lo que realmente importa.
- Sé crítico con lo que ves: Recuerda que no todo lo que aparece en redes es real. Cada foto tiene un filtro, cada logro tiene una historia detrás.
- Si te sientes mal, háblalo: Si sientes que las redes te están afectando más de lo que deberían, no dudes en buscar apoyo. Hablar con alguien, ya sea un amigo o un terapeuta, puede marcar la diferencia.
Haz las paces con las redes
Las redes sociales son como cualquier herramienta: todo depende de cómo las uses. Pueden ser un espacio para conectar, aprender y expresarte, o un lugar que te abruma y te drena. La decisión está en tus manos.
Reflexiona sobre cómo te sientes después de usarlas. Si notas que te están afectando más de lo que te están aportando, quizás sea momento de hacer algunos ajustes. Al final del día, tu bienestar vale mucho más que cualquier cantidad de likes o seguidores.
Así que respira, desconéctate cuando lo necesites y recuerda: tú eres más que tu vida en redes.
